CAMPAÑA POR LA INCLUSIÓN DEL DILDO EN LA CANASTA FAMILIAR.
Como sabemos la “canasta familiar” incluye una serie de elementos que supuestamente serían primordiales para satisfacer las necesidades más básicas de las familias pobres, de allí se desprende una abundante retórica relacionada con el sueldo mínimo, la pobreza, la medición del IPC, etc. Y bueno,
Se instala la exigencia de la inclusión del dildo como un símbolo de la sexualidad, un símbolo que NO viene a representar una sexualidad tradicional y sus aspiraciones reproductivas, sino otras representaciones que generan nuevas posibilidades de placer y disfrute sexual, para todxs pero particularmente para quienes sobrevivimos en las líneas de mediciones como la canasta familiar.
Estamos conscientes de la invisibilidad impuesta al goce sexual no heterocentrista, y por tanto esta inclusión del dildo como una “necesidad” para toda la familia, se traduce en la posibilidad de que cada cual pueda emplear de la forma que desee un objeto que coloca fuera del binario heterosexual las prácticas “sexuales”. Por tanto, es un llamado al empoderamiento de nuestros placeres y a cuestionar lo que conocemos como “necesidades humanas básicas” y el placer sexual tradicional.
Por otro lado, “la canasta básica familiar” es utilizada como indicador, podríamos decir perverso para determinar no solo el IPC, sino los niveles de necesidades de las clases bajas e indigentes, que se transforman en un elemento de control, pues cuando se sobrepasan esos mínimos somos clasificados en otro lugar de la escala social, gracias a la canasta familiar y nuestra posibilidad de accederla es que somos tratados como pobres, indigentes o no pobres... Mucha gente piensa que basta con ganar más de 300 lukas para dejar de ser pobre. Nosotrxs pensamos que si no tienes un dildo para disfrutar eres muy pobre, demasiado pobre.
Creemos que la reflexión político-sexual, en nuestro país, es escasa, sobre todo en términos de marginalidad, reflexiones que no están presentes en la cotidianeidad ni en el espacio público. De todas formas creemos que también se ha convertido en un vicio el “guetizar” la discusión, quedando en espacios reducidos e ininteligibles para muchxs –sin ser paternalistas-, y que por tanto nos queda la tarea y la estrategia de hacer visible las reflexiones y acciones entre la política, sexualidad y marginalidad desde nuestras propias prácticas, discursos, propuestas que ciertamente provienen de marginalidades, ya sea sexo-genéricas, socio-culturales y otras que por supuesto pueden ser más difusas o que se interrelacionan difusamente.
Por otro lado, el cruce entre sexualidades, políticas y marginalidades es casi un eje inasible pues en el momento que logramos acceder a los elementos actuales que lo constituyen, enseguida estos se nos diluyen de las manos, y necesariamente tenemos que volver a preguntarnos, de qué sexualidades, de qué políticas y de qué marginalidades estamos hablando?
También pensamos que puede resultar interesante estudiar otros cruces con otros sujetos como: sexualidades, política y academia o sexualidades, política y burguesía o que nosotros lxs nuevxs proletarixs del trabajo políticx post-feminista estudiemos y reflexionemos a partir de estas otras posibilidades.
Nuestra apuesta es política de subversión feminista, aunque varixs de nuestrxs miembrxs se han pseudoilustrado con la “queer theory”, nosotrxs como maricones, tortas, colas, trans, y osas (y otros apelativos autoafirmantes) más proletas que burgueses, preferimos alejarnos conceptualmente de tal descontextualizada denominación. Usamos la teoría para masturbarnos y preferimos hacer nuestras prácticas desde lugares que pretenden ser no esencialistas sin temor a las identidades, entendiendo que no refieren a una suerte de lugar ontológico. Preferimos enunciar esta propuesta como una propuesta transmarica-social-tortillera.
De hecho, hemos pensado en convertirnos en dirigentes bio hombres para acercarnos a las autoridades y hablar protocolarmente, haciendo un trabajo político verdadero (jajajajaja como absurdamente dirían los dirigentes gays de los movimientos gays de nuestro medio).
Pero hablando en serio, lo pensamos mejor y le entregaremos una canasta familiar a cada unx de lxs ministrxs del gobierno actual, pues nos preguntamos si algunx de lxs ministrxs podría vivir al menos un mes de sus vidas con una canasta básica familiar, creemos que es más fácil incorporar el dildo en la canasta que ver a un ministro viviendo con una canasta básica familiar, creemos que es más posible que un ministro del actual gobierno se goce un dildo a que desee vivir con una canasta básica familiar, esto corre también para la concertación ¡Porque la concertación actualmente se corre!
¡La vida es una parodia! Cansadxs de reírnos de las imposiciones violentas, consideramos que una buena forma de resistir y resignificar la violencia que se instaura en el cotidiano del humor y la burla, es precisamente riéndonos de las mierdas impuestas, como en este caso de la “noble canasta familiar” e incluso del necesario “Dildo”.
Si bien se plantea como humor, nos tomamos bien en serio la inclusión del dildo y de hecho ¡LO EXIJIMOS de verdad! Ya que nuestras familias -manadas -lo necesitan –entre otras cosas, pero comenzamos con esta necesidad invisibilizada.
Además, como dirían las mentes de nuestrxs amorosxs, borrachxs, pobres, pero ilustradxs psicólogxs, el impacto del humor en la transmisión del mensaje tiene un alto impacto, ya que vincula rápidamente aspectos racionales y emocionales potentes, lo que asimismo deja una huella fácil de activar.
Por otro lado ¿No les parece una broma que la canasta familiar incluya motos? ¿No les parece ridículo que el sueldo mínimo sea de $165.000? ¿No les parece paródico que nuestrxs gobernantes año tras año se compliquen tanto para subir el sueldo mínimo, o que el incremento sea irrisorio? ¿No les parece absurdo que frente al sueldo mínimo sea más importante la opinión de los empresarios, que la de los trabajadores? Incluso parece una parodia del inquilinaje. Finalmente la inclusión del dildo nos resulta de lo más serio si lo comparamos con todas estas ridiculeces. Consideramos que el chiste está en la composición misma de la canasta básica familiar y que nuestra exigencia de la inclusión del dildo en ella, constituye en este escenario, un ejercicio contraparódico.
Ahora, siguiendo con la idea de la parodia representada, consideramos práctico jugar con el humor, que en cierta medida es una forma de entregar un mensaje fácilmente, en esta ocasión lo hacemos así, tal vez nuestra próxima acción sea post-paródica. ¿Será posible que con la versatilidad y constantes contradicciones sea posible mover un sistema que rápidamente subsume las parodias y las ironías e integra lo que se ha pensado como disruptivo o disidente?
Finalmente queremos decir que junto con la filósofa bigotuda (Beto Preciado) apostamos a una significación del dildo como amor reflexivo, y con las feministas de la línea aborto decimos no al sexo reproductivo, consigue tu dildo y tira sin preocuparte de las consecuencias de un embarazo no deseado. ¡Goza!